jueves, 23 de mayo de 2013

Retractación de Galileo


Estimado Pepe:

PARA REFLEXION DE LOS HOMBRES Y MUJERES  LIBRES 
en especial para el Vicerrector de Investigaciones (cargo de
dudosa fundamentación legal) primer villarrealino en VIVIR
 EN  LA LUNA …
Daba
Texto de la retractación de Galileo ante el Tribunal de la
 Inquisición
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"Yo, Galileo, hijo del difunto Vincenzo Galilei, florentino, de setenta
años de edad, compareciendo personalmente como acusado ante este tribunal y
arrodillado ante vosotros, eminentísimos y reverendísimos señores
Cardenales Inquisidores Generales contra la depravación herética a lo largo
y a lo ancho de toda la comunidad cristiana, teniendo ante mis ojos y
tocando con mis manos los Santos Evangelios, juro que he creído siempre, y
que creo ahora, y que, con la ayuda de Dios, creeré en el futuro, todo lo
que sostiene, predica y enseña la santa Iglesia Católica Apostólica Romana.
 Pero en vista de que, después de habérseme intimado judicialmente por este
Santo Oficio el mandato de que yo debía abandonar por completo la falsa
opinión de que el Sol es el centro del mundo y está inmóvil y de que la
Tierra no es el centro del mundo y se mueve, y de que yo no debía sostener,
defender o enseñar de ninguna manera, verbalmente o por escrito, dicha
falsa doctrina, y que después de habérseme notificado que dicha doctrina
era contraria a las Sagradas Escrituras, escribí e imprimí un libro en el
cual discuto esta nueva doctrina ya condenada, y presento argumentos
grandemente convincentes en su favor, sin presentar ninguna solución de
ellos, he sido declarado por el Santo Oficio como vehementemente sospechoso
de herejía, es decir, por haber sostenido y creído que el Sol era el centro
del mundo e inmóvil, y que la Tierra no era el centro y que se movía.

Por lo tanto, deseando quitar de las mentes de sus Eminencias y de todos
los fieles cristianos la vehemente sospecha justamente concebida contra mí,
con sincero corazón y no fingida fe, yo abjuro, maldigo y detesto los
antedichos errores y herejías y, en general, todo otro error, herejía y
secta que sea en absoluto contraria a la Santa Iglesia, y juro que en el
futuro nunca más diré o afirmaré, verbalmente o por escrito, nada que
pudiera dar ocasión a una sospecha similar con respecto a mí.

Pero, si llegara a conocer a cualquier hereje o persona sospechosa de
herejía, lo denunciaré ante este Santo Oficio o ante el Inquisidor y
Ordinario del lugar donde yo pudiera estar. Más aún, juro y prometo cumplir
y observar en toda su integridad todas las penitencias que me han sido o
que me serán impuestas por este Santo Oficio.

Y, en el caso de que contraviniera (¡que Dios no lo permita!) cualquiera de
estas mis promesas y juramentos, me someto a todas las penas y penitencias
impuestas y promulgadas en los cánones sagrados y en otras constituciones,
generales y en particular contra tales delincuentes. Que así me ayuden Dios
y estos Santos Evangelios que toco con mis manos.

Yo, el antedicho Galileo Galilei, he abjurado, jurado, prometido y obligado
a mí mismo según dicho anteriormente, y en testimonio de su veracidad he
suscrito con mis propias manos el presente documento de mi abjuración y lo
he recitado palabra por palabra, en Roma, en el convento de Minerva, este
día 22 de junio de 1633".

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